domingo, 2 de enero de 2011

FELIZ AÑO NUEVO

Bueno, ¿acaso es posible? Acabo de empezar un blog y ya me he encontrado con la primera dificultad: ¡no tiene el Garamond como tipo de letra! Empezamos bien el año: no dejan fumar en ningún bar, sube casi todo de precio y en los blogs no se deja escribir con la letra más elegante.
Vale, tampoco es que sea un sibarita de los tipos de letra, y menos un fetichista, pero que no tenga el Garamond, ¡por favor!, ¿qué será lo próximo? ¿Establecer la letra esa graciosita, cómo se llama, esa que parece de cómic y te la cuelan en todas las invitaciones de cumpleaños infantiles, como obligatoria? ¡Esa, la Comic Sans! A este paso, no si ya lo decía yo, que estamos creando una generación de degenerados que se la menearán todo el rato por culpa de zorras repugnantes que se meten a consejeras autonómicas y... un momento, esto no lo decía yo, esto era de, ¿de el señor que huele a vino, ese del SLQH? Bueno, puede que no fuera de él, pero hay que estar muy mamado para relacionar una cosa con otra. O tal vez sea cosa mía, que veo demasiada tele, y mis neuronas entre la lectura y la adopción de un modo de vida bukowskiano y la visión, aunque sea por risa, de un modo de televisión mussoliniano, me está afectando demasiado seriamente.
¿Qué exagero? No, no lo creo, cualquier día podemos encontrarnos, por potentes y destructivas ondas subterfúgicas (que no sé si existen, creo que quería decir ultrasónicas o infrarrojas...) con punkarras de toda la vida diciendo (¡oh cielos!) "yo no soy racista, tú lo sabes, pero..." y a hippys de siempre abjurando de sus más estrictos principios comprando en Zara. Esperemos que todo esto sólo sea producto de mi calenturiente mente y de esta resaca galopante que me llega a taladrar hasta las cuerdas vocales.
Confío, oh sí, en que así sea y en que Melendi o Ramoncín no sean sino la excepción, los dos ejemplos más que excepcionales de lo anteriormente expuesto (mejor dicho: casos perdidos). Mientras así sea, podremos vivir en la confianza de que, sí, sí, a Dios (si es que existe y ciertamente no es el mismo Dios que el de Rouco Varela u Osama Bin Laden) pongo por testigo de que tal vez podremos tener un 2011 realmente bueno. Así que, estimada/o lector/a, sé buena/o, haz el amor (mucho) y no la guerra, si bebes no conduzcas, ve por la sombra y disfruta de este nuevo año. Y que alguien me traiga una aspirina, por favor...

No hay comentarios:

Publicar un comentario